miércoles, 6 de diciembre de 2017

MENTE SECUESTRADA, POBLACIÓN INSENSATA

Estamos mucho tiempo esperando que alguien consiga cambiar el pensar de una parte de la población española. Que venga un Mesías que nos devuelva todo lo robado. Que nos devuelva nuestra dignidad. Que nos enseñe una forma diferente de pensar respecto a la inmigración, hacia los dependientes, hacia la pobreza, hacia la regeneración política, hacia una salud que nos cure de verdad y que no nos hinche a fármacos que no conducen a nada nuevo. Recetas de economistas con una cantidad de componentes que ni ellos mismos son capaces de repetir en dos exposiciones con una espacio de tiempo corto entre ambas.

Estamos ante una disyuntiva que nos está obligando a tomar posición en el sentido más impropio de una cultura basada en la auto destrucción, en la que no nos satisface ser felices por convicción propia, porque nos imaginamos que ser libres de pensamiento, nos obliga a tener que aceptar el fracaso, en el caso de que se produzca. Que no tiene porqué. Más que nada porque el que no arriesga no gana. Más que nada que porque el que se siente libre de pensamiento se le llama anti sistema, se le llama anticonstitucionalista, se le llama anti patriota, y eso en la sociedad en la que vivimos tiene un mal compañero de viaje.

Ese mal tiene una definición muy pobre de lo que debería ser un humano con la capacidad de decisión de sus convicciones, no de la de los demás. Esa no implicación en la decisión propia de un pensamiento, se obtiene por culpa del secuestro de ideología que nos hacen los políticos de hoy en día. Que más que hacer política se dedican a secuestrar el pensamiento libre de muchos ciudadanos, cautivados por el miedo que genera la inestabilidad causada por la incertidumbre ante lo desconocido. Y ese problema se degenera cuando el político de turno observa alguna alteración que pueda conducir a los individuos a hacer un intento de limpiar su mentalidad de pensamientos distintos. Pensamientos que puedan abrir la mente y puedan llevar a pensar que lo que le cuentan puede tener otro punto de vista muy diferente. Con lo que el político embaucador siente que el miedo cambie de lado y se le vuelva en contra.

Otra forma de manipular la ideología, debería ser la convicción de que sus políticas son las mejores. Son las que más ayudan a todos por igual. Pero esta política se harían siempre que dichos políticos pudiesen partir en sus posiciones, con las manos limpias. Aunque tuviesen cierta ideología no muy acertada para la mayoría, que fuesen consecuentes y que se viesen arraigadas a sus seguidores. Pero esto no pasa, más que nada, porque cada vez está más claro que la mayoría de estos políticos del siglo que vivimos, están más preocupados por ser famosos y por hacerse ricos, que por servir a los de abajo.

Bajo mi punto de vista, muy personal y con la crítica aceptada de antemano, veo muy difícil que la gente abra la mente para recapacitar sobre su elección cada vez que hay elecciones en nuestra querida patria, llamada España, pero que cualquier día perderá hasta el nombre como sigan mandando este tipo de gentuza que se llena los bolsillos de dinero público y que cuando ya los tienen llenos, se dedican a venderlo al mejor postor para que les sigan llenando los bolsillos, no sea que con lo robado no les de para vivir como ricos, pero sin haberlo ganado.

Y no los veo preparados, a lo mejor yo el primero, porque vivimos cautivados con el poder, vivimos arraigados a una forma de ver a los de traje, muy diferente de cómo deberíamos verlo. Sobre todo, porque la cuidada puesta en escena de esta gente, permitida por el miedo que nos han metido previamente, nos inhibe de pensar, de ver, de reaccionar, de manifestar, cualquier alegría que nuestra mente se pudiese dar, si en vez de verlos tan bien vestidos, los vieramos desnudos, o con la misma ropa que nosotros nos podemos comprar, gracias a la diferencia de clases que ellos se encargan de crear, para que ellos lleven traje y nos puedan mirar de forma diferente a nosotros que no llevamos traje.

La forma de hablar de esta gente, siempre asediando al pueblo, obligándole a creerse lo que ellos quieren que te creas, es una gran arma para destruir la mente abierta que debería prodigar un buen político. Porque esa mente preparada, vendría junto, con unas mejores reprobaciones, a situar el nivel de la actuaciones políticas, en el lugar donde toca, y no donde ellos quieren que se nos quede, que es en el lugar de destruir al oponente con falacias que solo llevan al enfrentamiento entre las gentes del pueblo y que no ayudan más que a engordar con mentiras, la falta de transparencia de las políticas destructivas.

Y para esto crean la corrupción, se aprovechan del poder del dinero en el que todos vivimos sumergidos, comprando todos los medios informativos posibles para así asegurarse que a las mente de las personas les llegue el artefacto que han preparado de la mejor forma creada para que sea capaz de destruir cualquier atisbo de cambio mental que conduzca a teñir de una lucidez que les destrone y les destroce sus fines políticos.

Con las armas de destrucción psicológica se llevan la palma, aunque a veces dudo de que sean realmente conscientes de esa capacidad que tienen, porque estos políticos destructores de sociedades humanas que deberían ser libres de pensamiento, no se les puede atribuir mucha lucidez más que la que les manden sus superiores.

Para luchar contra esa lacra política solo cabe...
Despertar, despertar y despertar.
Luchar, luchar y luchar.
Educar, educar y educar.

Salud y República.