lunes, 1 de octubre de 2018

Políticos de pulsera. Ciudadanos ignorantes

Hace muchos meses que no escribo nada en mi blog. He pasado de puntillas por estos meses y la verdad, que me siento con ganas de expresar mi opinión sobre lo que esta ocurriendo en este malvado país en que lo han convertido los extremistas, y mas los de derechas que los de izquierdas.

A veces uno tiene la sensacional percepción de que esta pasando el tiempo sin ser capaz de decidirse por donde reflejar sus pensamientos. A muchos les invade la duda de que todos son iguales, de que todos llegan a la política para lo mismo, enriquecerse y ser voces autorizadas para intentar convencer a una parte muy grande de la sociedad de que solo sus ideales y su promesas son las que les darán a muchos ciudadanos las formas correctas y placenteras de vivir por el resto de sus días.

A muchos les ayuda bien poco esta percepción de la política de adulterar la realidad, soltando blasfemias de todo tipo, conservando las formas en sus trajes y en sus vestimentas, pero perdiéndolas en sus profecías sobre la necesidad de convertir la política, en un patio de colegio, donde el que mas grande dice la idiotez, mas fortalecido sale. Y eso tiene un peso en el mecanismo periodístico de hoy en día, que vende mucho mas que lo que tenia que vender, que es en teoría para lo que se llega a la política. O eso debería ser.

No pocas veces, estos políticos, por no decir la mayoría, son voceros de propuestas que ni ellos mismos conocen, porque no han sido capaces ni de desgranar el final del mensaje en cuestión, porque suelen vivir entre una red de asesores de imagen, de apariencia, de perfil estilizada y elitista, estando a años luz de la apariencia que quieren dar. A los hechos me remito, que parece que les importa mas tener un currículum lleno de títulos, que tener el mas importante, que es el de la decencia.

Ante todo este maremagnum de hostilidad es para convencer a la sociedad de quien es el mejor político para conducir a la masa borreguera, queda dicho y retratado aquel que intenta desde la mas bajas esferas políticas, como son los que no quieren vender su imagen de buenos y formales, que son los mas maltratados por parte de la esfera periodística española, que es la mas ingrata maquinaria electoral manipuladora que existe en este país, junto con los poderes lácticos y económicos.

Es como quien te quiere vender un Ferrari o una bicicleta. El Ferrari te lo visten por fuera, por dentro, por los lados, por arriba y por abajo. Va solo, porque tiene el mejor equipo detrás para poder ser el mejor producto. En cambio la bicicleta es un producto que si no le das tu a los pedales, por muy bonito que sea, no va. Pues ahí es donde el ciudadano español debería hacer hincapié para que no le vendieran la moto de quien es el mejor para dirigir el rumbo de nuestro país.

Pero como al español medio, le importa una mierda la realidad, y le importa mas la imagen, llegamos al punto de satisfacernos y de que manera, viendo al tío de traje y guapo que sale en la televisión contándonos que los catalanes son unos separatistas de mierda y que los de "a por ellos" son los únicos que tienen razón. Cuando si fuésemos sensatos con nosotros mismos, nos partiríamos el alma para conocer a fondo cada político y cada programa electoral para desgranar hasta el ultimo grano de la condición que nos venden pero que realmente no sirve, porque no hacemos lo que tenemos que hacer.

Ahí es donde podríamos reivindicar nuestra lealtad a quien fuera, solamente con dedicar una parte ínfima de nuestra labor diaria para intentar que no nos vendan a voz lo que después no saben plasmar en papel y que sea de obligación cumplimentaria, para entonces si poder decir que quien nos representa se comporta como nos merecemos, y quien no lo haga sera castigado para todos los tiempos de los tiempos. Sin amen.