miércoles, 15 de febrero de 2017

Nuestra maravillosa tierra

Que maravillosa tierra. Que buen olor a azahar. Que gran clima. Que gente más maravillosa...
Y tantas y tantas cosas que podríamos enumerar de nosotros. La verdad que la historia nos ha situado, a los de mi tierra, en el lugar donde nos hemos ganado estar. Un lugar logrado a base de sacrificio, de trabajo, de honradez, de sudor, de lágrimas, y muchas cosas más que todos o casi todos nos vanaglorian.
Tantos y tantos años cultivando las tierras, pensando en la gran respuesta que siempre tiene esta querida tierra, allá por donde se nombra. Respetando a los demás en todos los fueros donde el respeto se hace valer por su posición en una educación necesaria para mantener nuestro estilo de forma de vida.
Gente confiada en sus gobernantes, tan cercanos en palabras, tan próximos en pensamiento, de que tenemos "la millor terreta del món", de que entre todos hemos de cuidar y colaborar en hacer grande nuestra tierra para que nadie pueda poner en duda, quienes somos, la historia que llevamos detrás, y a donde queremos llevar este sentimiento hacia lo nuestro.
 Pero llega un momento en la historia, la más próxima a nuestro momento, que tras unos años de decepciones en gobiernos socialistas, llega un momento de reflexión, donde aparece una fuerza nacionalista que al final nos sale mal, llamada Unió Valenciana.
Pasado este mal trago, llegan al poder las fuerzas que más grandeza nos prometen a los valencianos, como nadie había explicado. Cala el mensaje en la sociedad y les damos la batuta de “la nostra terra”, a ciertas personas en concreto. No incumpliendo su cometido, empiezan a dominar el panorama político valenciano, desde todos los ámbitos, la sanidad, la educación, la justicia, de todo. Como aquel que se cree que sin él no hay nada más que vivir, empiezan a colocar a diestro y siniestro a todo tipo de personas, que más que cumplir sus cometidos, les tranquilizan sabiendo que van a ser fieles corderos de las necesidades de sus superiores.
En todo este reparto de despachos y sillones, se empieza a crear una infraestructura, en la que se engulle al tonto que no lo hace y se engrandece a quien lo hace, a sabiendas de que todo lo que ocurra en sus despachos, no va a salir de allí.
Y sin más explota la gran mentira.
Alguien algún día empieza a dudar de que la gente que está al mando de la nave de nuestra tierra, no es del todo persona de confianza, y empiezan a vislumbrarse grandes desmanes, grandes agujeros de dinero que no son utilizados, para lo que esta gente fue encomendada.
Aparecen casos de corrupción, en principio aislados, pero poco a poco son más y más y más. Las personas que antes confiaban en esta gente, se ven defraudados, ignorados, engañados, manipulados, a la vez, sienten el aliento de las deudas contraídas en tiempos, en que estos gobernantes, venidos a mafiosos, nos decían que había café para todos, y el ciudadano que se lo creía, lo cogió.
Visto todo esto, la pregunta que se debería hacer la sociedad de mi querida tierra es la siguiente. ¿Cómo recuperamos lo perdido? ¿Quién se merece nuestra confianza?
En fin, se siente mucha pena ver como gentuza de esta calaña, se ha aprovechado de la sencillez de una sociedad, la valenciana, muy fiel a lo suyo, enamorada de sus gentes y de sus tierras, hasta de sus dirigentes. Se vive un sentimiento de traición que nadie va a poder reparar por el miedo a volver a caer en las garras de la calaña mafiosa que en pocas o muchas personas rodea la política, que deja de estar al servicio de la gente, para estar a su propio disfrute.
Solo nos queda esperar que vengan tiempos mejores pero no sin antes hacernos la pregunta

¿Y ahora que hacemos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario