martes, 9 de mayo de 2017

Corruptos por doquier

Llevamos unos días asistiendo al asesinato de un país por parte de la oligarquía que se ha esmerado mucho en conducir a su antojo todos los mecanismos democráticos de un país llamado España. Siendo capaces de demonizar a todos los que componemos la estructura social, han sido capaces de burlarse de todos los controles para infundir una capacidad inigualable de extorsionar la realidad hasta el punto de hacer insensible la capacidad del ciudadano de responder a todas las barbaridades. 

Han llevado la justicia a niveles insostenibles de desconfianza, donde la gente que pagamos los impuestos, somos capaces de pensar que la justicia funciona mal porque ellos, los jueces, fiscales y demás personas trabajadoras que componen este departamento del estado son unos vividores, unos vendidos o unos cómodos que solo quieren cobrar. 

Han llevado la sanidad a unos niveles de desconfianza, que somos capaces de pensar que los médicos, enfermeras, sanitaria de todos los niveles, como son empleados públicos, solo quieren cobrar sin trabajar. Nos han vendido la idea de que son un lastre para la economía porque lo publico está demonizado por los políticos neoliberales, capaces de adoctrinar a un pueblo sumido ante la doctrina del miedo. 

Han llevado la educación a niveles de desconfianza, que han sido capaces de hacer llegar a la gente la sensación de que los maestros, profesores y demás docentes de la enseñanza pública, solo quieren tener vacaciones, cobrar más y trabajar menos. Nos lo hemos tragado. 

Estos 3 pilares del​estado del bienestar no es que se hayan convertido en un lastre para la sociedad que compartimos, lo que ocurre es que los mandamases que nos llevan a la ruina sin los únicos capaces de hacer creer a la gente lo que ellos quieren hacer creer. Que un sistema privado es lo más sensato, lo necesario en los tiempos que vivimos, que el de vivir de papá estado se ha terminado. 

Pero ahora hago una reflexión. Quienes son los que han estado expoliando los sistemas públicos que tanto costaron de crear. En qué espejos se miran los gobernantes q son incapaces de gestionar los recursos que genera una sociedad dispuesta a pagar los impuestos necesarios para mantener lo publico. Se miran en los espejos de la doctrina neoliberal que es le encargada de procesar la mente de la personas con la única ideología de gestionar cuanto y cuando dispone el pueblo de lo que paga con sus impuestos. 

Llamado doctrina del shock, es la idea de asegurar a través del miedo que lo único que hace sostenible una economía del siglo XXI es la privación de derechos gratuitos,y la obligatoriedad de tener que pagar por unos servicios indispensables. Cautivar al pueblo con el miedo es la única forma que tiene el poder retrogrado de persistir en su idea. 

Ante esta realidad la única opción es quitarse la venda que tiene la gente puesta en la cara. Para quitarse la venda hay que limpiar la mente de las personas sin asignar culpables en los profesionales que tenemos en la sanidad, en la justicia o en la educación. Demonizar al personal que trabaje en un centro publico es lo más barato. Es lo que menos esfuerzo cuesta, porque no nos ocupa tiempo en leer lo que dedica en presupuestos el gobierno de turno, para haber conseguido enjaular al pueblo en las redes de la nula objetividad.

Cuando uno ve los presupuestos año tras año y ve las encarnizadas partidas reductoras en los pilares públicos tiene que darse cuenta que eso no es propiciado por la negligencia social de los profesionales públicos, sino por la necesidad de unos políticos nefastos de engrandecer el bolsillo de las empresas de sus amigos, en los que terminaran más pronto que tarde. Que ​estos personajes no están en la política por vocación, que están las saquear lo que es de todos. Que no se nos olvide. Que son capaces de manejar la justicia para engañar al pueblo, para que nadie crea que la justicia está para servir al pueblo, porque ellos demuestran que la ponen a su servicio para dinamitar la confianza de la gente abre un estamento publico que debería jurar igualdad ante la ley y solo lo hace ante los corruptos. 

Ante la adversidad, solo queda pregonar un cambio de rumbo que si se consigue a base de predicar con lo más difícil que es pedir a una cantidad de mentes pasajeras que ante la realidad solo queda forzar una rebelión, pero no cobra la bandera, sino contra los estamentos que nos engañan y que han comprado a una mayoría de ciudadanos con mentiras y falsedades. 


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