martes, 9 de mayo de 2017

Despertar del letargo

Cuanto más tiempo pasa más incredulidad produce un gobierno incapaz de desarrollar una herramienta que le sirva para separarse de lo que he cultivado durante tantos años. 

Cuanto más tiempo pasa más radicalizado esta el elaborando que han sido capaz de tejer en el poder la comparsa de ladrones organizados que se encargan de manejar las cuentas de los ciudadanos.

Cuanto más tiempo pasa, más daño se hace a todos los que hacemos que sea capaz de seguir viviendo de nosotros todo este elenco de sanguijuelas que maltratan lo de todos para solo por egoísmo, hincharse a cuentas en paraísos fiscales. Todo ello pensando que nunca nadie tíraria de la manta. 

Han sido capaces de utilizar su poder para llenar de gente próxima a su cosecha desgarradora, de manejar los hilos de la justicia a su antojo con tal de parecer unos de puertas para afuera, trajeados, bien vestidos y perfumados, cuando en realidad son lo más rastrero que podía caer en el perjuicio de todos. 

Han sido capaces de hacer un símil de grandes administradores de lo publico, de grandes mejoras para la sociedad, con un afán recaudador a su favor, insoportable para unas arcas del estado, garrapiñadas y maltrechas, por su única convicción. Una enfermedad, sin nombre, pero que es capaz de atraer a cualquier ser humano, pero que no todos somos capaces de asimilar. 

No paran de salir millones de euros de las huchas del esfuerzo de todos, hacia lugares que a nadie nos importa un cojón, porque a nosotros que nos importa que estos ladrones compren empresas en el lugar más escondido del planeta.

Ante tal abuso de autoridad, despertar a la gente para conseguir que dejen de hacer estas atrocidades, debería ser fácil y sencillo, pero por lo visto el letargo que son capaces de crear entre la población es de tal magnitud que parece que utilicen un sedante indescriptible en forma y género que es capaz de cortar cualquier atisbo de rebeldía. Capaz de conjugar el verbo más inverosímil para que nadie se mueva un pelo y se pueda terminar con esta lacra. 

Despertar del profundo sueño en el que vive esta sociedad es un papel que solo unos cuantos saben conjugar, porque son capaces de no conformarse con decir que todos son iguales. O que para que roben otros, auto roben los míos. 

También es muy fácil imponer la doctrina del miedo. Esa doctrina causada por la cantidad de gente que hay conformista porque con lo que ganan a final de mes les llega para poder pagar todos los recibos, sumisos y ninguneados, mientras de nuevo las élites son incapaces de pensar igual. 

Lo difícil va a ser conseguir mover las fichas del tablero de la mejor forma posible, a todo eso esperando que la gente quiera y quiera ver que ma allá de lo que tenemos delante, hay más vida y, seguramente mucho mejor que la que nos tienen puesta encima de la mesa, auto aunque nos llene la boca hoy, no nos garantiza poder llenarla mañana. 

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