martes, 9 de mayo de 2017

La rabia del poder

Algunas personas desconfían de los cambios que proponen ciertos estamentos en los lugares de reunión de  los personajes encargados de dirigir los vestigios del futuro del resto, pero no hay mas que acatar lo votado y decidido por la mayoría de personas que depositan su confianza en quienes sea.

 

Otros, confían mas votando a los que quieren cambiar las cosas, ven la necesidad de reconducir ciertas formas, maniobras y posibilidades de cambio para que todos podamos beneficiarnos de un buen numero de oportunidades, que nos pueden llevar y nos llevaran a vivir mejor de lo que estamos en todos los apartados de la vida. Y no sera seguramente una fe ciega. Sera que lo que vemos a diario no nos gusta.

A otros no les gustan los cambios, les gusta la moderación, les gusta vivir con lo justo y con los derechos justos, sienten pavor a los cambios politicos, porque la mente se les queda a medio camino de la realidad que viven y de la realidad que podrían vivir. Sienten un miedo irreversible a los cambios porque no quieren que les toquen lo que según ellos tanto les ha costado ganar con su sudor, con sus lagrimas y, incluso con sangre.

A la gente que le gustan los cambios, normalmente prefieren una sociedad mas justa, siempre se suele mirar mas hacia el beneficio común de la mayoría de las cosas. Sin profundizar mucho, les gusta la vida equitativa que conllevan la igualdad de oportunidades para todos.

A los que no les gustan tanto los cambios, son mas del pensar, que para uno tener lo que tiene, se lo tiene que ganar y el que venga detrás, que se apañe.

Bueno, pues llegados a este punto, ha habido, hay  y habrá un gobierno que confiando con el que la gente le da la posibilidad de no cambiar nada nada, de limitar un poco las libertades, limitar los beneficios porque saben hasta donde nos pueden apretar para darnos lo justo, recortando por todos lados, van pasando las elecciones y las van ganando. Recuerdo, con el apoyo de un buen numero de personas que les gusta, legítimamente, que no venga uno que lleva coleta y quitarles lo que tanto les ha costado ganar con su sudor, según ellos, vamos. Esta gente es la que permite que los progresos sean mínimos. Y con ello se tiene que convivir.

Ahora al poder, ese que se dedica a recortar, recortar, recortar y volver a recortar, le ha pasado una cosa a la que no están acostumbrados, que es que les debatan, que les tumben sus destinos programados por una presunta aclamación de sus votantes, pero sin contar que hay muchos mas que no estan de acuerdo con sus políticas, que los que si que estan de acuerdo con ellas.

Tumbarles de un plumazo  3 leyes de ideología claramente neoliberal, no entraba en sus planes ni hartos de vino, de ese que solo beben los poderosos, con el dinero robado a manos llenas de las arcas estatales que llenamos los que si pagamos impuestos. No se les pasaba por la cabeza, ni por ninguna parte del cuerpo, que las demás fuerzas parlamentarias pudieran llegar a ponerse de acuerdo, aunque fuese en forma de abstención, porque ellos se encargan de trasladar su lema de "divide y vencerás" muy típico de la derecha. Ese lema que utilizan hasta la saciedad para separar al máximo a las diferentes partes de la sociedad, en todos los ámbitos, para debilitar al maximo la posibilidad de acuerdo que no les permita a ellos, amparados en la debilidad, aplicar sus armas del miedo.

la frase del "divide y vencerás" la utilizan todos los días, enfrentando a diferentes estamentos de la sociedad para dirigir sus pensamientos e ideologías hacia los lugares que les permita redefinir a la masa para que no se les descarrie y les pueda poner contra la pared. Con ese lema han sido capaces de atormentar a la sociedad contra una parte de la masa laboral, como que viven demasiado bien y que ganan demasiado. Con los profesores, con los médicos, con los portuarios, con los empleados públicos de todo tipo, con los controladores aéreos, vamos con todo tipo de gente que tienen un poder superior al que a ellos les gusta que tengan, en el cual ellos no sean capaces de dirigir hacia donde quieren los destino de muchos sectores, que no es otro que hacia la precariedad, con el beneficio de sus amigos empresarios y con el perjuicio de los trabajadores. Con todos ellos y con la masa ciega, han aprovechado para meter el miedo a discreción.

 

Gusta ver como el poder se siente disgustado, ridiculizado, ninguneado y vaticinando lo peor cuando no se le hace caso. Vuelven a meter miedo con unas nuevas elecciones a la mínima que no se le da lo que ellos quieren que es, la opción de decidir que hacer con la vida, el trabajo, el bienestar social, el dinero, como tratar a los pobres, como pagar menos a los trabajadores para que los ricos ganen mas. Da gusto verlos patalear, con el lema de un niño "pues si no me juntas, no seré tu amigo".

Da gusto verles nerviosos cuando llegan los presupuestos y no las tienen todas consigo, aunque ya se encargara el partido de Rivera de darles de comer para que nos continúen desangrando. Ya lo pagara, ya.

Da gusto pensar que si la gente tuviera la capacidad de pensar un poco que lo que nos están haciendo las políticas neoliberales, que son  una forma de matarnos poco a poco, sin bombas, sin disparos, sin misiles, pero si, con recortes, debería ser suficiente para abrirnos los ojos y exigir cambios continuos que dejen de dividirnos para meternos el miedo y unirnos por el beneficio de la mayoría. Que la gente piense que eliminar la ley mordaza, la reforma laboral, y todas las leyes que van a tener que derogar porque son asesinatos silenciosos, son un beneficio incalculable, porque en el dialogo y no el miedo esta la virtud de los beneficiados.

Que el gusto no es una cosa que se da a unos cuantos en detrimento de los demás. Que el gusto por lo equitativo es una necesidad de todos. Que darles el gusto a los poderosos era en las épocas coloniales y que hoy en día no tiene cabida.

Daria gusto, verdad.

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